viernes, 14 de septiembre de 2012

REQUIEM POR UN COLEGA DIPLOMÁTICO

Estos son días especialmente tristes para el mundo diplomático. El asesinato del Embajador de Estados Unidos en Libia, en un ataque de una multitud incitada por el fanatismo religioso, los ha teñido de negro para la libertad, el diálogo y la concordia entre los pueblos.

Ciertamente, no se trata de la primera ocasión en la que los diplomáticos se convierten en blanco y objetivo de ataques y atentados terroristas. Aquellos que tienen el encargo de mejorar el conocimiento entre los países y de crear el espacio de diálogo necesario para ello son, por esta precisa razón, objetivo y víctimas de los mensajeros del odio.

En este sentido existe una línea de continuidad muy clara que va del ataque a la Embajada de Israel en El Cairo y que conduce al ataque de este miércoles pasado contra el Consulado estadounidense en Bengasi.

No hay ninguna excusa ni justificación posible para este acto de violencia y es inaceptable pensar que una ofensa religiosa pueda convertirse precisamente en eso, en excusa y justificación de un asesinato.

Les hago llegar mis condolencias a los familiares del Embajador y de los tres funcionarios del Consulado de Estados Unidos fallecidos en este ataque. Que su muerte sea una señal para los líderes del mundo y que nos conduzca a un clima de diálogo y convivencia entre todos.



Lior Haiat
Portavoz de la Embajada de Israel